Dedicar cada día unos pocos minutos a recoger y limpiar evitará que se acumule la suciedad y que luego el fin de semana se nos haga más cuesta arriba la tarea de limpiar la casa o, no sepamos bien por dónde empezar.
Aunque por tamaño, horarios y costumbres cada casa es un mundo hay 5 hábitos de orden y limpieza comunes que pueden servir de base para luego ir adaptándolos a nuestro día a día en función de las necesidades.
- Dormitorios
Subir las persianas, ventilar y hacer la cama cada mañana. No son labores de limpieza en sí pero si generan la sensación de orden y bienestar que perseguimos. Deja que se ventile la estancia unos minutos mientras te vistes o desayunas y deja la cama hecha antes de salir.
- Suelos
Haz un ‘barrido’ rápido del suelo del comedor y/o la cocina para eliminar restos de comida. Si lo estableces como una tarea más al recoger la mesa, costará menos. Pasa la fregona al menos una vez a la semana por toda la casa. Marcar un día fijo ayuda a no olvidarlo.
- Superficies
Después de cada comida, recoge y limpia las encimeras de la cocina. Friega los platos y utensilios o colócalos en el lavavajillas. No dejes que se acumulen en la pila. Lo mismo para los baños, cuando vayas a la ducha revisa y repasa rápidamente las pilas y el inodoro. Mantén las superficies despejadas. Así ahorrarás tiempo a la hora de limpiar.
Mantén a raya los rincones del caos de tu casa. Esas mesitas, sillas o baldas en los que se suelen quedar papeles o trastos sin atender ni colocar. Ordena, y si no tienes tiempo amontona, para poder pasar una bayeta cada día. Puedes aprovechar el ratito de antes de ir a dormir para revisarlo.
- Ropa
La frecuencia con la que ponemos la lavadora depende mucho del número de personas en casa, su edad y ocupación. Hay quién pone dos diarias y a quién le basta con dos semanales. Como hábito general puedes fijar la mañana para poner la lavadora y dejarla tendida antes de marcharte o bien hacerlo al llegar por la tarde/noche. Los ciclos de lavado cortos y la posibilidad de programar el inicio de la colada son aliados imprescindibles en esta tarea. Recuerda sacar y tender la ropa cuando antes.
- Orden
Antes de irse a dormir conviene repasar los rinconcitos del desorden y las estancias más conflictivas: comedor, cocina y baño. Recoger y limpiar lo último que hayamos ensuciado nos ayudará mucho a arrancar al día siguiente. Mesa recogida, baños despejados, suelo limpio y cojines del sofá arreglados. Son sólo unos minutos y se agradece mucho por la mañana.
Estas tres estancias también son clave para una limpieza exprés de emergencia: coloca bien los cojines, despeja las encimeras de cocina y baño, limpia los sanitarios y barre ¡listo para una visita inesperada! Descubre más tips rápidos de limpieza en “Consejos para limpiar bien y rápido el baño” y más ideas sobre limpieza general con “6 trucos para limpiar tu casa”
Repetir y mantener la rutina
El paso imprescindible de cualquier rutina es mantenerla. Lo mismo ocurre con la limpieza doméstica. No conviene angustiarnos si no llegamos a todo pero sí priorizar las tareas para tener claro qué podemos relegar al día siguiente y que no. Y como en todo, repetir y repetir para interiorizar los pasos en el día a día de todos los habitantes de la casa.
Además de esta rutina diaria conviene establecer una semanal que incluya compra, revisión de papeles y cosas pendientes, lavado de sábanas y bayetas, recados varios etc y una mensual que incorpore además la limpieza de los electrodomésticos, los mandos a distancia o los cristales. En la rutina anual estaría una limpieza a fondo de toda la casa y la desinfección para prevenir la proliferación de plagas.