¿Cómo limpiar la tapicería del sofá o de una silla?

Cuando no sabemos cómo hacer algo solemos pensar que es complicado y lo dejamos pasar. Hoy te enseñamos cómo limpiar la tapicería del sofá o de una silla.

Uno de los muebles imprescindibles del salón es, sin duda, el sofá. En él hacemos la mayor parte de la vida de esa estancia: nos sentamos a ver la tele o a mirar el móvil, nos tumbamos a hacer la siesta… vamos, que le solemos dar bastante trajín. Pero, ¿Qué pasa cuando se ensucia?


Aunque seas muy cuidadoso, el paso del tiempo hace que las superficies de tapicería vayan absorbiendo mucha suciedad y, aunque no sea tan visible, el polvo y los ácaros están ahí.

El tipo de tejido de la tapicería del sofá también es fundamental para determinar cómo limpiarlo porque, no es igual, que la tela sea lavable o que requiera limpieza en seco en la tintorería.

Limpiar la tapicería de un sofá paso a paso

Lo primero, hay que eliminar el polvo incrustado en el tejido. Con ayuda de la aspiradora y el accesorio para esquinas, comienza a aspirar de un lado a otro, insistiendo en los pliegues y juntas porque es donde se acumula más polvo. Levanta los cojines y todas las partes que puedas soltar para limpiar a fondo también la parte inferior, interior y exterior de tu sofá tapizado.

Después, para una limpieza más en profundidad, te proponemos tres métodos para dejar tu sofá o silla tapizada como nueva:

1. Limpieza a vapor: utilizar este tipo de máquinas, si la tienes para limpiar los cristales de la casa, con el accesorio de tapicería. No solo te ayudará a limpiar tu sofá, sino también a desinfectarlo. Cuando hayas terminado de pasar el vapor por todo el sofá, pasa un paño limpio para acabar de retirar la suciedad y deja secar al aire.

2. Limpieza en húmedo con amoniaco: diluye amoniaco en agua templada, humedece un paño en la mezcla y frota sobre toda la tapicería de arriba hacia abajo. Después, realiza la misma operación solo con agua templada y una bayeta bien escurrida, que no suelte pelusa, para ir retirando la suciedad, a la vez que aclaras en el agua. Luego, deja secar al aire.

3. Espuma seca quitamanchas: cuando el mueble esté completamente seco, revisa si tiene alguna mancha. En ese caso, puedes utilizar un quitamanchas convencional apto para tapicerías que habitualmente vienen en formato de espuma seca o crear uno casero. Para ello, puedes utilizar percarbonato de sodio. Disuelve 2 o 3 cucharadas de este potente quitamanchas natural en un litro de agua caliente y aplica la solución sobre las manchas. 

Déjalo actuar entre 5 y 10 minutos, frótalo con un cepillo, acláralo con abundante agua y déjalo secar para comprobar su efecto. Lo aconsejable es que, antes de utilizar este truco casero, pruebes en una pequeña parte del tejido poco visible para asegurarte de que no lo decolora.

Si tu sofá es desenfundable y el tejido admite poder meterlo en la lavadora, te ahorrarás los pasos anteriores, pero hay otras precauciones que debes tener en cuenta:

  •  Utiliza un programa en frío y con un detergente suave con pH neutro para ropa, sin suavizante.

               * No mezcles con otro tipo de prendas que puedan estropear el tejido.

               * Puede que no sea muy recomendable el centrifugado total.

               * Para secarlas, ponlas en la sombra, ya que el sol podría decolorar las fundas.

  •  Si están arrugadas, se puede planchar, pero por el revés de las piezas, dándoles la vuelta y teniendo cuidado con la temperatura, para evitar que la tela se adhiera a la suela de la plancha.
  •  Es importante conocer las instrucciones de limpieza que da el fabricante. En la etiqueta encontrarás un código o letra que te indica cómo limpiar la tela de tu sofá:

- “W”: puedes usar agua

- “S” o “P”: sólo puedes usar limpiador a base de solvente y solo en seco.

- “SW”: puedes usar cualquiera de las opciones anteriores o vapor.

- “X”: requiere limpieza profesional y sólo se pueden limpiar con aspirador.


Aunque laves las fundas en la lavadora, si tienen manchas, deberás tratarlas previamente:

  • Manchas de vino: intenta eliminarla con papel absorbente en cuanto sucede, pero si ya tiene tiempo, puedes intentar quitarla frotando con una toallita húmeda o con un cepillo de uñas humedecido en agua jabonosa, después aclara y deja secar.
  • Manchas de aceite o grasa: utiliza un spray anti-grasa en seco, pulverizando y esperando a que seque. Después, con un cepillo de cerdas retira los restos de suciedad.
  • Manchas de tinta o bolígrafo: vierte leche templada en un bol y empapa la punta de un paño, aplicando con toques sobre la mancha, para que la leche penetre en el tejido. Tendrás que repetir la operación bastantes veces, hasta que consigas ablandar la tinta. Luego, con agua templada y otro paño, retira los restos.
  • Manchas de sangre: vierte unas gotas de agua oxigenada sobre la mancha y utiliza la punta de un paño para ir retirando la suciedad a base de toques para no extender. Cuando solo quede el cerco, utiliza un cepillo de dientes con más agua oxigenada, para difuminar los restos. Puede que después tengas que limpiar el sofá totalmente para homogeneizar los resultados.
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