La teoría nos la sabemos bastante bien: contenedor amarillo para los envases, azul para el papel y cartón, verde para el vidrio, el marrón para los restos orgánicos y el gris para los restos y deshechos.
Pero a la hora de ponerlo en práctica, nos cuesta y, a veces, no tenemos demasiado claro qué va dónde o, simplemente, nos parece un “engorroso” dado que no disponemos de mucho espacio en la cocina para tener tantos cubos de basura y poder almacenarla bien.
Tipos de contenedores de basura
Con tres cubos de basura sería suficiente: orgánico, restos y envases. Es importante que estén adecuadamente separados para que podamos abrir de forma independiente cada una de las tapas. Si son todos del mismo color, les podemos poner unas pegatinas de colores para diferenciar que cubo es para qué residuo.
Al cubo de orgánico echaremos todos los residuos biodegradables de alimentos como cáscaras y pieles de frutas, restos de carnes, pescados, verduras, posos de café, restos de infusiones, etc. Y también, todos los desechos orgánicos como restos de papeles y cartón manchados de grasa o aceite, pequeños restos vegetales de flores y hojas, tapones de corcho y serrín.
Por otro lado, en el cubo de envases depositaremos:
- Envases metálicos como latas de conservas y bebidas, bandejas y papel de aluminio, aerosoles, tapones metálicos de botellas y tapas de los frascos.
- Bricks: de zumos, de leche, de vino, batidos, caldos, gazpacho, etc.
- Envases de plástico como botellas de agua, refrescos y leche. Productos de limpieza. Geles de baño, colonias y champú. Bolsas de congelados. Tarrinas de mantequilla y yogures. Bandejas de corcho blanco, envoltorios de plástico, bolsas de aperitivos y golosinas y las bolsas de plástico.
Y, por último, en el cubo de restos todos aquellos residuos que no sean envases, o que no tengan un sistema específico de recogida en nuestro municipio, deberán depositarse en el contenedor de resto de residuos, como en el caso de los residuos de pañales.
Depositaremos también en este contenedor restos tales como: una sartén estropeada, vajilla o cubiertos, juguetes rotos, cristales, objetos de plástico o metal que no sean envases, etc.
¿Pero y qué hacemos con el resto de basura?
Los envases de vidrio, los podemos ir recogiendo en una caja de cartón o madera y, cuando esté llena, podemos bajarla al contenedor. Ojo con no depositar en este contenedor bombillas, tubos fluorescentes, restos de vajillas, espejos o cristales rotos. Estos deben ir al punto limpio de tu zona.
El papel y el cartón, por su parte, los podemos ir almacenando en una bolsa de rafia o tela, de las que usamos para ir al supermercado, y así bajarlos al contenedor azul directamente. La bolsa la podemos usar tantas veces como queramos.
Las pilas, elegiremos un envase que tengamos por casa, como por ejemplo un bote de cristal de alguna conserva que hayamos usado e iremos guardando las pilas a medida se vayan gastando. Cuando tengamos el envase lleno lo acercaremos al supermercado y depositaremos en los espacios habilitados para la recogida de pilas.
Los mismo con el aceite. Nunca debemos tirarlo al contenedor de orgánico, ni menos por la pila del fregadero. Los podemos ir almacenando en tarros de cristal y luego llevarlo al punto limpio. Son contenedores de color naranja.
Los medicamentos también se reciclan: al igual que sucede con las pilas, los medicamentos también han de ser correctamente reciclados. Los podemos acercar a cualquier farmacia, allí tendrán un lugar en el que poder depositarlos.