Si eres de los que a menudo te toca poner el lavavajillas, sigue leyendo porque en este artículo te explicamos como optimizar al máximo el espacio de tu ayudante de cocina favorito y, así, obtener mejores resultados en cada ciclo de lavado.
Aunque parezca algo sencillo y fácil, poner de forma adecuada el lavavajillas requiere de técnica y de organización, ya que habitualmente no ponemos el lavavajillas después de cada comida y saber como ir poniendo cada uno de los elementos después de cada uso para que el resultado final sea un lavavajillas ordenado y eficiente tiene algunos trucos.
- Carga el lavavajillas de atrás hacia adelante y de abajo arriba. Con esta técnica podemos ir haciendo huecos a cada tipología de plato según vayamos usando vajilla.
- En la bandeja inferior, ordena los platos por grupos de tamaño, quedando los más grandes siempre al fondo de la bandeja para evitar bloquear el aspersor que rocía el agua caliente.
- Deja espacio en la bandeja inferior para cacerolas, ollas o boles grandes.
- Las tazas, vasos, tazones y boles pequeños deben ir en la bandeja superior igual que los tuppers de plástico o recipientes herméticos. Las temperaturas más altas se alcanzan en la parte inferior del lavavajillas, así que poniéndolos en la bandeja superior evitaremos que se derritan o que se deformen.
- Otra de las cosas a tener en cuenta es que tanto las ollas, los vasos, tazas, tazones y boles siempre deben de ir boca abajo.
- Los cubiertos suelen ir en un cestillo específico para ellos o en una tercera bandeja superior, no los dejes sueltos.
¿Cómo se colocan los cubiertos en el lavavajillas?
La cubertería la pondremos en el cestillo. Lo importante es que haya hueco entre los cubiertos para que el agua circule bien y el lavado pueda hacerse sin problemas. Hay técnicos especialistas en lavavajillas que aconsejan mezclar los diferentes tipos de cubiertos en cada sección del cesto, sin embargo, otros apuntan que la mejor forma es agrupar cada categoría de la cubertería a uno de los espacios delimitados del cestillo.
En cuanto a los cuchillos, los pondremos boca abajo con el mango hacia arriba, primero para evitar cortes y pinchazos a la hora de recogerlos, y segundo para evitar que se acumule agua en la parte inferior y el mango se seque mejor.
En el caso de que el lavavajillas no tenga cestillo para los cubiertos y tenga una tercera en la parte más alta, los colocaremos por tipos, ordenados y todos en la misma dirección para que quepan más y que el lavado sea más óptimo.
¿Qué no meter en el lavavajillas?
- Cuchillos de cocina. Aunque sean aptos para el uso en lavavajillas, mejor si no los metemos. Así los fregamos y secamos con un paño seco para evitar que se oxiden y hacer un buen mantenimiento de la hoja.
- Cubiertos dorados. Este tipo de cubiertos van perdiendo el color poco a poco si se lavan en lavavajillas debido a las altas temperaturas que se alcanzan.
- Vajillas no aptas para lavavajillas con filos metálicos. Por lo mismo que los cubiertos. Van perdiendo el color y los filos metálicos se borran y/o se despegan.
- Sartenes de hierro fundido o antiadherentes. Este tipo de sartenes no deben meterse ya que las altas temperaturas del agua y del secado pueden afectar a la capa de antiadherente. Además, evitaremos así su oxidación.
- Cubiertos de madera, aunque lleven tratamiento apto para lavavajillas, lo ideal es no meterlos porque se acaban estropeando mucho antes.
- Tarros de cristal con etiquetas. Asegurémonos de quitar las etiquetas antes de meterlos, ya que si no lo hacemos acabarán en el filtro del lavavajillas.