En estos momentos, con la cuarentena por la crisis del coronavirus, la higiene y desinfección de nuestra casa cobran especial importancia, sobre todo, en aquellos elementos comunes de más uso, como los pomos o manivelas de las puertas, los interruptores de la luz, el telefonillo, el mando a distancia, el móvil, el cuarto de baño y la cocina, entre otros. Hay que tener en cuenta que el Covid-19 se transmite por el aire y a través de objetos contaminados.
Se trataría de hacer una limpieza a fondo, que incluya la desinfección de todos aquellos elementos que no limpiamos de forma tan asidua, como cortinas, colchas, paredes, alfombras o los cojines del sofá, o no movemos del sitio normalmente, como debajo de los sillones, sofás o camas con canapé. Además, como estarán todos los miembros de la familia en casa, puedes asignar a cada uno una tarea, que sea acorde con su edad, para que así se os pase el tiempo más deprisa.
Debes saber que las superficies lisas no porosas, como los pomos de las puertas, los teléfonos móviles o las mesas, son ideales para transportar los virus, en general, por lo que requieren una limpieza más frecuente. En cambio, las superficies porosas como el cabello, la tela o el papel no permiten que los virus sobrevivan tanto tiempo. Esto se debe a que los diminutos agujeros de esos materiales pueden atrapar el microbio e impedir su transferencia.
Cómo desinfectar la casa: paso a paso
- Como vamos a hacer una limpieza y desinfección en profundidad, lo primero que debemos hacer es contar con el material apropiado: desinfectantes, como lejía, amoniaco o alcohol, bayetas, estropajos y trapos nuevos, guantes desechables…
- Antes y después de la ‘limpieza general’ debemos lavarnos las manos con agua y jabón.
- Podemos aprovechar para ordenar las estancias antes de entrar a limpiar e, incluso, deshacernos de cosas que ya no nos sirvan. De esta forma, también despejaremos las habitaciones y será más fácil limpiar y organizarlas después.
- Pon especial atención a la cocina y el baño: son los lugares donde es más fácil que proliferen bacterias y gérmenes, así que aplícate en la limpieza y desinfección a fondo con dos ‘aliados’ que acaban con ellos, como la lejía y el amoniaco. Se recomienda utilizar la lejía para los sanitarios (wáter, lavabo, bañera, bidé, radiadores…) y el amoniaco, diluido en agua, para el suelo, paredes y la cocina. No te olvides de limpiar a fondo los armarios, por dentro y por fuera.
- Como consejo general, lo ideal es limpiar primero y desinfectar después. Por lo tanto, limpia primero todas las superficies con agua y jabón. Después usa lejía sin detergente (o cualquier otro desinfectante), respetando la dosis recomendada. Se debe mezclar con agua fría, ya que, con agua caliente, se evapora el cloro y no sirve como desinfectante.
- El sofá y la ropa de la casa: el sofá es otro ‘punto caliente’ en cuanto a infección se refiere. Si tienes funda, desinféctala en la lavadora. Si tu sofá es de piel, debes limpiarlo con una bayeta y un producto especial para tapicería. Mete en la lavadora todos los textiles del hogar que se puedan, como cortinas, ropa de cama, fundas de almohada o toallas de baño, poniendo especial atención a las etiquetas, para evitar que encojan si las ponemos a más temperatura.
- Ventanas: debes limpiarlas tanto por dentro como por fuera. Puedes utilizar amoniaco, eso sí, rebajado con agua, pues tiene un efecto desengrasante y desinfectante. Deberás usar siempre guantes porque es muy abrasivo. Pero también puedes utilizar vinagre diluido en agua, que deja los cristales muy brillantes. Ten la precaución de usar papel de cocina o un trapo de hilo, para no dejar pelusas. Y para mitigar el olor, pon unas gotas de limón.
- Alfombras: es muy importante que las aspires con asiduidad. Si observas que tiene un olor desagradable, puedes neutralizarlo con bicarbonato. Basta con espolvorearlo por la superficie, dejar que actúe y retirar con el aspirador.
- Ventilar bien la casa: para rebajar la posible carga vírica y la ‘concentración humana’ de estar todos en casa todo el día con la calefacción, pero también durante y después de la limpieza con desinfectantes. Con 5 o 10 minutos al día, será suficiente, pero eso sí, conviene hacerlo cada día.