Una de las cosas que nos provocan más dudas a la hora de hacer una limpieza a fondo en casa son las puertas. Normalmente, las puertas interiores están hechas de madera, ya sea natural o barnizada, puesto que contribuyen a aislar tanto acústicamente como en temperatura. Mantenerlas limpias es importante para prevenir la aparición de hongos y contribuir a una mayor vida útil.
Tipos de puertas y cómo limpiarlas paso a paso
Puertas de madera barnizadas:
- Elimina los restos: con un paño húmedo o un plumero, quita cualquier resto de polvo que haya en su superficie, así evitarás rayar el barniz.
- Desinfecta: con un limpiador especial para muebles, humedece un paño de limpieza y repasa toda la puerta, quitando cualquier resto de mancha que haya en su superficie. Se debe hacer con suavidad para no dañar la madera.
- Sácale brillo al barniz: con un trapo más fino, utiliza un producto abrillantador para recorrer toda la superficie de la puerta y lograr así devolverle su brillo. Una vez haya hecho efecto, limpia con un paño limpio y seco para quitar cualquier resto.
Puertas de madera sin barnizar
- Limpia con agua jabonosa: utiliza un paño limpio que mojarás con una mezcla de agua con jabón. Éste puede ser neutro o específico para madera. Limpia toda la puerta con el paño haciendo movimientos circulares.
- Seca: es importante secar la puerta con un trapo seco para quitarle la humedad. Al no tener barniz, la puerta está menos protegida y es importante insistir en este paso.
De cuarterones
- Cepillo o brocha: por su naturaleza, son las más engorrosas de limpiar. Al tener cuadrados de cristal, el polvo se acumula en todos los rinconcitos y molduras y es importante, antes de empezar con el polvo, utilizar un cepillo o brocha, o incluso un aspirador, para eliminar todos los posibles restos.
- Limpia la madera: este paso es igual que en cualquier puerta, utiliza un producto específico o una mezcla de agua con jabón para limpiar la madera.
- Los cristales: finalmente, limpia los cristales con un producto específico para que queden como nuevas.
¿Con qué frecuencia hay que limpiarlas?
Las puertas suelen ser las grandes olvidadas de la casa, pero lo ideal sería introducirlas como un elemento más de las tareas domésticas, evitando así un excesivo acumule de suciedad. Para ello, se recomienda repasarlas cada dos semanas aproximadamente con un paño de microfibra, eliminando el polvo superficial. Eso sí, si tienen marcas de manos u otras cosas, es ideal darles un repaso más a fondo.
Manillas, pomos y marcos
Son las partes de la puerta con las que tenemos más contacto y, por ende, los que más gérmenes y bacterias contienen. Se recomienda desinfectarlos con frecuencia utilizando algún producto virucida específico, para que esté siempre libre de microbios.