¿Cómo limpiar puertas lacadas blancas de manera eficaz?

Descubre los mejores productos y consejos para limpiar puertas lacadas blancas y amarillentas. Aprende a usar jabón neutro y mantenerlas impecables.

Las puertas lacadas en blanco pueden perder brillo con el paso de los años o, peor aún, volverse con un tono amarillo. Para que esto no suceda, te damos algunos trucos de limpieza fáciles para que recuperen todo su color y brillo inicial.


Cómo limpiar las puertas lacadas en blanco de forma sencilla

Las puertas lacadas en blanco y de color claro se ensucian rápidamente. Aunque, estéticamente son más bonitas, se manchan antes.

Para ello, necesitarás agua tibia, jabón suave o detergente líquido, un paño suave o esponja, y un paño seco o toalla. Para manchas difíciles, ten a mano vinagre blanco.

Puedes empapar ligeramente un trapo de microfibra con el agua enjabonada, pero es primordial secar con otro trapo a continuación. Incluso solo con un trapo de microfibra y un poco de agua caliente (sin jabón) te quedará perfecta, siempre secando a continuación. Al limpiar, realiza movimientos suaves y circulares, concentrándote en las zonas con manchas o huellas.

Hay que evitar usar productos muy agresivos, ya que pueden estropear las puertas lacadas.


  • Ojo, no te olvides de los marcos de las puertas, que también de deterioran con el paso del tiempo y necesitan especial atención. Para una limpieza eficaz, elimina primero el polvo de los marcos de las puertas lacadas. Puedes pasar un paño o una aspiradora de mano para quitar el polvo.

Una vez estén limpios los marcos, toca humedecerlos con un poco de jabón líquido y agua. Realiza esta limpieza con agua y jabón una vez por semana. Así se eliminará cualquier rastro de suciedad. Eso sí, una vez hagas la limpieza, no te olvides de secar bien los marcos con un paño suave.

Productos para limpiar puertas lacadas blancas amarillentas

  • Glicerina: aplica, con la ayuda de un paño de microfibra, un poco de glicerina y deja secar. Una vez se haya secado, pasa un trapo seco sobre la puerta.
  • Bicarbonato de sodio y vinagre: mezcla en un cuenco ambos elementos y luego humedece un paño. Es importante que el paño no sea con color para evitar tintar la puerta. Luego, frota con suavidad las puertas lacadas y verás que el amarillo irá desapareciendo poco a poco. Si aun así la puerta sigue amarilla, puedes cambiar el paño por una esponja suave.
  • Agua oxigenada y vaselina: realiza el mismo proceso anterior con estos productos, añadiendo un poco de agua para rebajar la mezcla de agua oxigenada y vaselina. Esta mezcla es efectiva, sobre todo, en manchas amarillas localizadas.


Productos no recomendados para puertas lacadas

Aunque las puertas lacadas son bastante resistentes, existen productos que pueden dañarlas, como:

  • Evita el uso del estropajo: es muy agresivo y puede provocar arañazos en las puertas lacadas. Mejor utiliza siempre un paño suave o de microfibra.
  • Productos con mucho alcohol: son buenos para las puertas lacadas, aunque es recomendable rebajarlos con un poco de agua. De esta manera no afectará a las puertas.
  • Acetona: el gran enemigo porque es un producto muy abrasivo que daña por completo las puertas lacadas.
  • Blanqueadores: totalmente prohibidos, ya que  no te ayudarán a mejorar el blanco, al revés, lo empeorará.
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