La pandemia de la Covid-19 nos ha hecho replantearnos muchos de los hábitos de higiene y limpieza que teníamos en nuestro día a día, tanto a nivel personal como en nuestros hogares. En todo proceso de limpieza hay 2 pasos: limpiar o higienizar y por último desinfectar. De menor a mayor intensidad, cada uno de los 2 procesos es importante para una buena higiene ya sea en nuestro hogar o en nuestra ropa.
En cualquier caso, limpiar o higienizar es el proceso que hace referencia a la eliminación de suciedad e impurezas de las superficies o tejidos. Este proceso, aunque disminuye la cantidad de gérmenes, no los elimina totalmente.
Y desinfectar, hace referencia a eliminar por completo los gérmenes, bacterias o microorganismos de la superficie a través de productos químicos. Esta acción es irreversible.
Por tanto, debemos recordar que higienizar y desinfectar van de la mano y no son excluyentes. Para un correcto mantenimiento y control de bacterias y microorganismos es necesario desinfectar y acompañarlo de tareas de higienización asiduamente.
¿Qué es higienizar la ropa?
En el caso de la ropa pasa lo mismo que con las superficies de nuestro hogar. Para mantener en buen estado las prendas, debemos no únicamente higienizarlas, si no también, desinfectarlas.
Ya que, la clave para acabar con los gérmenes o los huéspedes inesperados y recuperar la buena apariencia y olor de las prendas está en aplicar estos consejos:
- Lavar la ropa a temperaturas superiores a 60º C siempre que el tejido lo permita o la prenda haya estado expuesta a contaminación. El calor elimina los gérmenes, desactiva las capacidades de contagio de los virus y acaba con los ácaros.
- Usar un detergente para desinfectar ropa. En el mercado existen productos para la colada que incluyen cierto porcentaje de lejía y que se pueden emplear de manera puntual para la desinfección de prendas.
- Ante cualquier sospecha de contaminación en las prendas, ya sea por una plaga de insectos como por hongos, gérmenes o virus, debemos reducir los tiempos entre colada y colada. Es decir, no esperar a tener mucha ropa para poner la lavadora.
- Siempre que podamos, debemos dejar secar las prendas al aire libre y al sol.
